martes, 21 de julio de 2009

Crónica de una lesión...

Sábado 7 de Marzo de 2009, me levanto como cualquier día, bueno quizás un poco más tarde ya que el día anterior había sido Viernes...Tras una ducha, me dispongo a vestirme, comer e irme a llevar el coche al taller porque se me había quedado sin batería...Tras arrancarlo a empujones, consigo llegar,y me dicen que para las 20:00 estará listo.Lo que no sabía es que no iba a poder volver a recogerlo.
Espero a un un amigo que viene a por mi y vamos hacia el estadio, esa tarde había un partido importante para ponernos primeros de grupo.
Minuto 2 de la primera parte, cojo el balón y lo aguanto de espaldas con la presión de un rival, con un buen quiebro consigo pasarlo, aunque con el "rabillo del ojo" puedo observar que viene detrás mía con fuerza y una pizca de rabia. Se tira al suelo a por el balón,o a por mis pies, eso nunca quedó claro, me golpea en el tobillo y me derriba de tal manera que caigo girándome sobre mi, encima de un tobillo totalmente doblado....Crak! fué lo que escuché mientras caía. Décimas de segundo aún grabadas en mi mente.
Un grito,puede que una pequeña lágrima , mirada perdida, agobio constante y todo mezclado con un profundo dolor que se iba haciendo más y más grande. Momento de preocupación de mis compañeros y rivales, incluido el que acababa de hacerme pedazos... Mi primera frase "me lo he partido", la primera frase del rival, "eso no es ná, será un esguince, traed el botiquín", yo pensaba "nose que cojones vais hacer con un botiquin", "llamad a la ambulancia"... Mientras esperaba en la banda, sólo pensaba en el tiempo que podía estar sin volver a jugar, un miedo se apoderaba de mi, e incluso se hacía mas evidente que el dolor que estaba sintiendo... Por fin llega la ambulancia y con una camilla bastante penosa me consiguen meter. El chaval que me llevaba me dijo "yo creo que roto no lo tienes porque estarías berreando" y yo le contesté "hombre, la verdad es que si quiero podría berrear facilmente"... En cualquier caso siempre quedaban dudas y yo me quería autoconvencer de que no tenía por que ser algo grave. Momento de angustia e incertidumbre, llamo a mi madre sin querer preocuparla y le digo a que hospital me dirijía.
Y ahi estaba yo, en la ambulancia, mirando al techo, sujetándome la pierna, con la lágrima saltada y con el pánico en el cuerpo...Bueno ya estaba al menos camino del hospital...

Continuará...

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